Una Periferia Urbana en el Centro de Lima
/Matteo Stiglich (also in English) En la mayoría de ciudades latinoamericanas, las poblaciones de bajos recursos se han establecido en las periferias, donde construyeron sus propias casas. La mayoría de investigaciones sobre este tema se enfocan en cómo, en medio del abandono de sus respectivos Estados, las poblaciones de estos barrios se convirtieron en los principales agentes urbanizadores de sus ciudades a través de la organización y autoconstrucción. Sin embargo, no todos estos barrios se localizan geográficamente en la periferia. En Latinoamérica, existen otros tipos de periferias urbanas habitadas por poblaciones de bajos ingresos cerca del centro de las ciudades.
Ubicado a menos de un kilómetro del Centro Histórico de Lima, la Margen Izquierda del Río Rímac es un grupo de barrios de bajos ingresos que comenzó a crecer a finales de la década de 1940. Inicialmente fue habitada por las familias de obreros que trabajaban en fábricas cercanas. El declive del centro industrial de la zona llevó a los residentes a dedicarse a otros oficios, como los servicios, el reciclaje y el comercio: el proceso coincidió con el crecimiento de un importante centro comercial en la zona, conocido como Las Malvinas, en la década de 1980. Tal como ha sucedido en la mayoría de los asentamientos más antiguos de Lima, las casas que forman parte de este barrio han crecido. Hoy en día, muchas de ellas llegan hasta los tres pisos de altura, acogiendo a más de una familia. Asimismo, como suele ocurrir en Lima, los servicios más básicos han sido cubiertos por la acción colectiva, aunque la situación varía según el barrio.
Street in Margen Izquierda del Río Rímac
Además de pertenecer a sectores desfavorecidos económicamente, los residentes de la Margen Izquierda enfrentan otros desafíos. Algunas casas se encuentran en riesgo de caer al río Rímac, y ya se han producido deslizamientos. Además, una fábrica local está contaminando el aire con asbesto. Pero un reto aun más urgente se originó cuando el gobierno local aprobó en 2009, sin consulta ciudadana, un "megaproyecto" que había sido propuesto por la empresa brasileña Construtora OAS. El proyecto desplazaría a cientos de familias para dar paso a una autopista con peajes operados por una subsidiaria local de la constructora. La carretera, llamada "Línea Amarilla", conectaría el centro de la ciudad y los suburbios de clase media y alta con la ciudad de El Callao, donde se encuentran el aeropuerto y el puerto, aprovechando la ubicación estratégica de estos barrios entre las dos ciudades.
El proceso de descentralización llevado a cabo en el país en la última década dio a los gobiernos locales más responsabilidades en la provisión de servicios públicos sin darles el presupuesto necesario para asumirlas. En cambio, nuevas leyes hicieron más fácil que empresas privadas propongan planes específicos llamados "iniciativas privadas". Como consecuencia de ello, la planificación en Lima en áreas como el transporte está comenzando a ser dominada por proyectos privados, de los cuales la "Línea Amarilla" apenas será el primero. Aun cuando menos del 15% de los viajes en la ciudad se realizan en automóvil, la mayoría de estos proyectos están dirigidos a la mejora de la movilidad privada, dado que el cobro de peajes se considera más rentable que la provisión de infraestructura de transporte público.
Ante la amenaza, las organizaciones locales que no habían estado muy activas por algunas décadas comenzaron a movilizarse. En 2010, utilizaron diversas estrategias: marcharon al centro de Lima, recolectaron firmas contra el proyecto y, con la ayuda de congresistas, presentaron una demanda de inconstitucionalidad contra la ordenanza de zonificación que permitió que el proyecto se llevara a cabo. Por otra parte, una candidata a la alcaldía en las elecciones de ese año visitó los barrios y ofreció proteger sus intereses.
House in Primero de Mayo neighborhood
A fines del 2010, un asistente de investigación y yo fuimos a hablar con los líderes locales sobre el proyecto y sus estrategias de movilización. Una de las cosas que nos dijeron fue que ellos estaban pagando impuestos, pero "todo la plata se va a San Isidro y Miraflores", dos distritos típicamente ricos de Lima. Este testimonio es tan solo una muestra de la percepción general de que el Estado mismo avala las desigualdades y del abandono en el que la Margen Izquierda se encuentra. Por otra parte, consideraron que la carretera no era un proyecto aislado, sino una estrategia más amplia para “sacarnos a todos de acá".
Unos meses más tarde, el movimiento obtuvo dos pequeñas victorias. Por un lado, aunque el Tribunal Constitucional no revocó la ordenanza, estableció la necesidad de implementar un “plan integral de reubicación”. Por otro lado, la candidata mencionada líneas arriba ganó la elección y renegoció el contrato del proyecto –ahora llamado Vía Parque Rímac-- reduciendo significativamente el número de familias desplazadas, y dirigiendo US$4 millones en inversión en la Margen Izquierda a través de proyectos elegidos mediante presupuesto participativo. Además, las organizaciones han seguido movilizándose en torno a las amenazas ambientales, lo cual ha conseguido algunas respuestas del gobierno local.
¿Qué nos dice esta historia acerca de los actuales problemas sociales en las periferias urbanas de América Latina? Hasta hace unas décadas, estos barrios estuvieron muy activos en organizarse y movilizarse a fin de alcanzar algunos derechos, como el derecho al suelo o a la vivienda, y el derecho a los servicios básicos. Por lo general, ese nivel de organización se redujo una vez que esos derechos estuvieron garantizados. En contextos actuales, sin embargo, cuando las nuevas políticas tienen por objeto extraer el máximo valor monetario del suelo en ubicaciones estratégicas, los barrios de bajos ingresos que los ocupan comienzan a enfrentar nuevos desafíos que los impulsan a organizarse nuevamente. En contraste con las movilizaciones iniciales, sin embargo, la urgencia de una amenaza como la mostrada en este episodio lleva a la gente a organizarse con el fin de conservar sus derechos, y no necesariamente para ampliarlos. Sin embargo, estas nuevas movilizaciones podrían llevar a las poblaciones a organizarse en torno a otros temas, como las amenazas ambientales enfrentadas por los vecinos de la Margen Izquierda.
Matteo Stiglich, limeño, es Magíster en Planificación Urbana por UC Berkeley (2012). En su tesis, "Zonas de Reglamentación Especial y la reconfiguración de la planificación en Lima", investigó sobre los cambios en paradigmas de planificación partir de políticas de usos especiales del suelo. Tuitea en @Matteo_S y escribe el blog Lugares Comunes. Su email es mstiglich [at] gmail.com.